Bye, bye babe
Canjeaste su esfuerzo de establecer una superflua amistad por su rabioso desprecio. Eres un tonto. Con una sonrisa en los labios se acercó a ti, susurró a tu oído y no quisite escuchar. No quería nada, ni un castillo, ni sangre prestada. No quiere ser reina de un reino prometido. Lo único que quiere no se lo puedes dar. Ya no acepta tus mentiras y tus cuentos. ¿Aún crees que no se da cuenta que le estás mintiendo? Ya no importa el amor, porque ahora cada vez que te ve, va desapareciendo un poco más. Las ilusiones y esperanzas que le exiges tú mismo las estás aniquilando. No pretendas obligarla a quedarse, porque la estás alejando más. Grítale más y no la verás de nuevo. El corazón se le encoje. Sé que la princesa fue coronada reina hace poco tiempo. Y en mi cabeza la princesa triste ha pasado a ser una reina despiadada y sin sentimientos. Me robas lo poco que me queda de sonrisa. Pero la reina sólo vive en mis sueños insómnicos; no existe. Yo lo sé ¿por qué tu no lo sabes? Ya no pienso...