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Mostrando entradas de 2016

Arruiné este blog...

Esta es la historia de cómo arruiné por completo este blog que he llevado por casi 8 años: Sé que este blog es un inconstante diario que varía - y desvaría- entre mil temas vagos e diferentes idiomas. Pero me gustaba revisar las entradas de vez en cuando como si fueran páginas en papel... Pero ahora cuando revisé las entradas pasadas vi que a casi todas les faltan las fotos... y las fotos son parte esencial de la narración porque escribo sobre cosas en ellas. Admito que es mi completa culpa que hayan desaparecido, porque ahora que lo recuerdo hace un año tuve un teléfono celular en el cual podía ver todas las fotos de este blog... por alguna razón se subían cuando sincronizaba mi cuenta de Gmail. Un día decidí borrarlas porque no tenía mucho espacio. Asumo que fue ahí cuando accidentalmente las borré no solo del celular sino también de la nube, ¡para siempre! Gracias, arruiné el esfuerzo de ocho años... no entiendo cómo pasó, nunca me lo imaginé. Con mi teléfono actual puedo bo

Un matrimonio de terceros y la certeza que de soy incapaz de sentir odio

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Hace poco un amigo -que solía llamar mejor amigo; pero ahora es solo un "amigo"- me invitó a su boda nupcial y posterior recepción. He tomado la firme decisión de no asistir, de hecho, lo hice hace como un año cuando me asomó sus intenciones y no creo que sea algo de lo que me arrepienta... porque realmente hay muy pocas cosas en esta vida mía de las cuales me arrepiento - no sé si es una ventaja o un defecto, lo dejaré apara otro post-. Quisiera aclarar que a pesar de que le tengo muchísimo cariño, aprecio, y admiración a este amigo en particular, desprecio enormemente al ser con el cual se va a casar. Para ser honesta esta mujer no me ha hecho nada malo directamente como para tomarlo como la excusa para mi completo y total desagrado. No ha hecho más que ser un odioso, irritante, repugnante, desagradable, maleducado ente que se alimenta del alma de los desafortunados. Y el sentimiento es mutuo, estoy segura de ello. Pero en su defensa yo tampoco soy una persona muy agra

Derrota en la batalla Pilar

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Ahora tengo 27 años, y he meditado arduamente -si es que tal cosa es posible- sobre sentirme como una adulta; porque sinceramente pensaba que al terminar la transición, en la cual la niñez se acaba, me "sentiría como una adulta". Pero aun no encuentro ese estado; ni sé dónde buscar. En esta edad de la fresca adultez, el transcurso de las últimas semanas ha sido la trinchera de una lucha escondida, una batalla que ahora puedo ver claramente y que ha sido parte de un guerra interna a lo largo de mi vida. Ahora puedo contar mis derrotas. Hace cinco años tuve que someterme a una cirugía mayor. Un día había llegado del trabajo, habré hecho algún esfuerzo extraordinario que no recuerdo; pero lo que siempre quedará muy presente en mis memorias es el dolor. Tuve tres hernias discales en mi columna vertebral que tuvieron que extirpar. En su lugar colocaron prótesis. Me recuperé muy bien y bastante rápido, tenía a mi madre en ese entonces para apoyarme, Durante el siguiente añ