Es el fin...
Valiéndome de mil mentiras y sangrando millones de fantasías rotas, le escribo una última vez, tal vez sintiendo la necesidad de que recuerdes una sombra abandonada en un limbo desconocido; tal vez desahogando una tristeza convertida en un aborrecimiento sin entusiasmo pero profundo. Gracias… gracias por demostrarme que el mundo de las luces es más cruel que en el de las tinieblas hirientes que me acogían destrozada. En los últimos días las sombras me han recordado su paternidad… reflexionando sobre mi naturaleza rastrera rememoré los sueños, ilusiones de pesadillas, que me envolvían en mi guarida oscura… seguiré soñando entre los umbríos vapores de la desesperanza, añorando por alguna eternidad etérea… porque una eternidad dolorosa jamás fue lo que quise encontrar; ni siquiera una burda eternidad… solamente quería un pecho caluroso donde descansar mi rostro y sentirme segura… no existe para mí… ahora lo sé. Nunca debí salir mis tinieblas narcotizantes. ¿De qué me sirvió salir de mi ho...