Atrapada en los límites de mi propio túnel
Mi amado José Antonio: Malhaya la hora en la que de mis puños surtieron tan abominables palabras… pero como ellas es el interior de mi corazón: detestable. Y como siempre surgió de mi alma el más reconfortante alivio al purgar en palabras a esos demonios que me atormentaban… inmediatamente me arrepentí de haber escrito aquellas líneas invadidas por la rabia. Me disculparía eternamente si así te hiciera entender que aquellas letras afligidas no iban dirigidas a ti, mas a la vida que se ufana de transformarme en una triste marioneta víctima del desequilibrio emocional como mi dueño titiritero. Pero como lo dice Sábato, toda nuestra vida transcurre dentro de un largo y oscuro túnel… y no podemos controlar lo que suceda alrededor de él. No soy un ser humano, soy distinto, no existe nadie para entenderme… soledad absoluta, física y espiritual, atrapada en un túnel. Lo que no nos dice el maestro Sábato es que podemos aprender de las desdichas en vez de ahogarnos en desesperación, angustia y ...