Fuimos bienvenidos al circo de la imagen... sin imagen

Vale la pena, a pesar de todos los inconvenientes que se puedan presentar (llamo inconvenientes al hecho de quedarse unos cinco minutos parada frente a la puerta decidiendome a mí misma si ya no está demasíado avanzado el día como para salir de casa) en un viernes tan... tan... viscoso, ir a la presentación privada del circo de la imagen, sin imagen hasta ahora. Digo viscoso porque esa es la sensación que nos trae un día como este: soleado exageradamente, naranja, con un viento seco y frío, mientras los árboles de deshacen de sus hojas secas todos nos preguntamos si no es mejor quedarse durmiendo hasta pasado el fin de semana. Es que da la sensación como una medusa obesa tratando de nadar a la turbulenta superficie, ¿qué impresión no?... como en cámara lenta, demasíado esfuerzo para tanta insignificancia. Pero hay que ir, hay que levantarse, almorzar, ponerse presentable y aparecerse por la clase con la cabeza vacía. No porque sea indispensable hacerlo, sino porque a esas horas en esas circunstancias la cabeza siempre estará vacía. Tomando palabras textuales, el pasticho que él nos había estado haciendo en nuestra cabeza la semana pasada, hoy, el molde estaba vacío... que decpción.
Avanzada la clase no es difícil imaginarse una carpa en el techo de coloridas franjas mientras se disfruta del payaso monocromático que se apodera de la tarima. Yo no dudo que sepa mucho...muchísimo; pero !oh de mis facultades cognitivas! como extraño las clases magistrales, donde el profesor universitario entraba al salón de clases conviertiendo en hielo las paredes por donde pasaba, daba su clase, explicaba todo, aclaraba dudas, y se iba....como todos, y es que así debe ser. No esperamos más, no queremos más. No quiero nada más.
En cambio, nuestro personaje sin nariz roja, echa chistes, nos hace estirarnos antes de la clase, y espero que eso sea loúnico que nos llegue a pedir que hagamos. No puedo evitar reírme, ¿mejor reír para llorar no? Todo este risible desenlace lo vaticino para el semestre. ¿Y para qué? Para que nos terminen raspando a todos como sé que sucederá. Eso ya no es tan cómico. Entonces el payaso ya no será tan simpático como él mismo se pinta, las clases ya no serán tan divertidas como algunos las disfrutan. Y yo... nuevamente reiteraré que extraño las clases magistrales. Al menos no te dan ninguna sorpresa.
Además de algunos detalles literarios del personaje relacionados con las palabras "exitarse" y "clítoris", no es una buena manera de aprender para mí... sobre todo, depués de conocer esas informaciones que definitivamente no estaba preparada para recibir, no encontraré manera de verle la cara al hombre sin tener pensamientos... ¡que ni me los quiero imaginar!... dada la naturaleza física y psicológica del señor y mi naturaleza de "siempre pensar en lo peor"... es que últimamente me pasan unas cosas...
Pero admito, que aunque no es una de mis maneras preferidas de entretenimiento, le doy puntos por tratar de ser gracioso, de todas formas me río, de él, pero me río. Vale la pena ir un viernes a la universidad para ver esa materia que ni me interesa en lo más mínimo. Pone una sonrisa en mis labios... al menos.

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