So long... still sad
Tanto tiempo... un sentimiento añorado había invadido el ser de una escalofriante y gélida doncella. Las manos le temblaban... ya ni siquiera quería escribir... ni leer... ni vivir; sólo ver a su caballero espectral, distante, en su espejo mágico lleno de esperanzas. Por un momento, todas las historias que en tinta había engendrado, se habían vuelto realidad. Un salvador valiente llegaba a su rescate para bautizarla a una nueva vida llena de luz y bondad.
Tu no me amas, amas mi eterna perdición en las sombras, amas mi mecesidad de un guerrero que me salve de las lágrimas. Amaste eso desde el principio, por eso todo fue tan rápido, por eso me obligasta a decirte "Te amo". Me arrancaste las palabras nunca antes mencionadas. Me convenciste de que quería pasar el resto de mi vida bajo tu regazo. Y yo lo creí... tal vez sí te necesitaba... pero ahora, en las tempestades, me doy cuenta de que no te amo. Si te amara... viviría por ti; pero yo solo estoy dispuesta a morir... en paz. Soñar para siempre.
De nada vale una promesa de muerte cuando la vida no vale nada para mí. Y tiembla... el suelo, el cielo... todo se pone de cabeza, me duele...
Recuerdo haberte dicho que estaba cansada de llorar... pero quería decir que estaba hastíada de hacerlo. Ahora, he llorado toda la noche, extrañando por primera vez en mucho tiempo las ganas de dormir para no sentir; ahora estoy cansada físicamente de llorar... estoy cansada. Quiero dormir.
Y en estos momentos... no quiero nada.... no quiero seguir, no quiero abandonarte... sólo sé que regreso a un lugar familiar... siento el dolor que se avecina cuando llega... sé que estoy cayendo. Y no quiero que me rescates esta vez... déjame caer. Tal vez, cuando salga, pueda darte respuestas.
No quisiera pensar... necesito ruido, quiero alargar la espera del abismo... evitar la pena del precipicio, prolongar la llegada del huesped maldito, indeseado: el deseo de morir.
Tu no me amas, amas mi eterna perdición en las sombras, amas mi mecesidad de un guerrero que me salve de las lágrimas. Amaste eso desde el principio, por eso todo fue tan rápido, por eso me obligasta a decirte "Te amo". Me arrancaste las palabras nunca antes mencionadas. Me convenciste de que quería pasar el resto de mi vida bajo tu regazo. Y yo lo creí... tal vez sí te necesitaba... pero ahora, en las tempestades, me doy cuenta de que no te amo. Si te amara... viviría por ti; pero yo solo estoy dispuesta a morir... en paz. Soñar para siempre.
De nada vale una promesa de muerte cuando la vida no vale nada para mí. Y tiembla... el suelo, el cielo... todo se pone de cabeza, me duele...
Recuerdo haberte dicho que estaba cansada de llorar... pero quería decir que estaba hastíada de hacerlo. Ahora, he llorado toda la noche, extrañando por primera vez en mucho tiempo las ganas de dormir para no sentir; ahora estoy cansada físicamente de llorar... estoy cansada. Quiero dormir.
Y en estos momentos... no quiero nada.... no quiero seguir, no quiero abandonarte... sólo sé que regreso a un lugar familiar... siento el dolor que se avecina cuando llega... sé que estoy cayendo. Y no quiero que me rescates esta vez... déjame caer. Tal vez, cuando salga, pueda darte respuestas.
No quisiera pensar... necesito ruido, quiero alargar la espera del abismo... evitar la pena del precipicio, prolongar la llegada del huesped maldito, indeseado: el deseo de morir.
Morir... dormir... tal vez soñar...
Comentarios