Where am I?
Hace tiempo que quería escribir algo sobre mi nueva rutina, porque escribiendo es cuando se reflexiona. Siempre me obliga a pensar.
Por tres años dormí hasta las 4 de la mañana y despertab a las 10, me duchaba, almorzaba y salía a clases. Así de fácil. Ahora tengo clases todos los días a las 7 de la mañana. Un simple cambio de rutina puede cambiar tu vida en grande. Antes una inspiración decadente me visitaba todas las noches en la madrugada y escribía muchísimo; no digo que cosas buenas, pero escribía. Ahora sólo escribo con propósits académicos... no me da ganas de hacerlo sobre algo más porque simplemente no se me ocurre nada. La inspiración no me visita en horario vespertino.
Jamás perderé la costumbre de maquillarme. Ni loca saldría de mi casa sin por lo menos delineador de ojos, pero como ahora el tiempo se pasa volando, en cuanto me pongo una camisa cuando volteo hacia el reloj ya han pasado mágicamente 15 minutos. La mañana sabe que no me es nada amigable y me está castigando por ello. Ahora si no saco la ropa la noche anterior, me pongo lo primero que encuentre. En estos momentos agradezco que toda mi ropa sea negra, así no me tengo que preocupar por combinarla. Confiezo que el apuro y la comodidad me han llevado a... me han llevado a... a... a ponerme... ¡zapatos deportivos! Qué horror, qué catástofre,qué desastre, me siento mal.Algo es automático: hacer la cama. Ahora es lisa... sorpresivamente sé cuántas almohadas tengo. ¡Quién soy yo!
Despertarse en la mañana me da la desesperante sensación de que el tiempo se pasa más rápido, y que pasado el meridiem las agujas del reloj se hacen más pesadas. Cuando llego a mi casa me encuentro horas sin hacer nada, y eso está mal, porque me voy a volver loca. Y como mis amigos estudian todos en la tarde los pasillos de la universidad están vacíos de vagos escandalosos vestidos de negro.
Bueno, siempre hay una excepción a toda regla. Hay una chica en mi clase, ni siquiera recuerdo cómo se llama, pero siempre llega con una sonrisa exagerada pintada en sus labios rojos. Siempre está feliz, siempre dice que el día está precioso, por todo le da gracias a Dios y a todo el mundo le hecha el cuento de que ya se graduó en Publicidad pero que ahora cursará Periodismo porque blah, blah, blah. Antes me era indiferente,pero ahora no la soporto. Es tan feliz, tan entusiasta, está loca.
La multitud de gente en las mañana no es nada normal. Y no tengo más nada qué decir a cerca de ello.
Ciertamente muchas cosas han cambiado de mí. No estoy muy segura todavía de cuáles específicamente, pero siento un cambio radical sólo con el hecho de levantarme a una hora socialmente aceptable.
Tal vez sólo exagero. De todas formas le dije a mi mejor amiga que estaba cansada de los dramas como para armar uno aquí sobr emi vida. Nosotros hacíamos de cualquier cosa un problema y nos preocupábamos y entristecíamos en grupo... éramos estúpidos. Desde hace tempo somos mayores para saber perfectamente lo que hacemos y si mis amigos no se preocupan por sus vidas, aunque los quiero mucho, pues yo o me voy a preocupar por ellos. No me puedo dar la libertad de caer en otra crisis de ansiedad.
Reitero, a lo mejor exagero. No me crean nada, tal vez sólo busco una excusa para escribir "algo".
Comentarios