Red Dragon
Yesterday I watched Red Dragon on TV. My two platonic lovers: Ralph Fiennes and Edward Norton, I appreciate Anthony Hopkins too... but not really that much. I really LOVE this movie, I've seen it like hundred times... seriously.
Via AllMoviePhotoWilliam Blake's Great Red Draon ad women clothed with the sun
Ciertas disertaciones sobre el canibalismo de Lecter:
Qué snobismo... comer gente. No es suficiente un salmón al ajillo ni un filet mignon, tiene que ser carne humana, sangre humana, la cual haciendo los razonamientos (in)suficientes no hay manera que sepa igual ni al lomito de una res consentida. ¿Misantropía o la más pura filantropía? Por un lado, el Dr. Lecter se siente lo suficiente erudito como para disgregar la gente que merece vivir de los despreciables que pasarán a ser el plato fuerte de alguna reunión del club de amantes de la orquesta sinfónica. En realidad no importa mucho si son desagradables; en algún lugar leí que lo importante es el corte de la carne, no tanto la calidad... de todas formas el doctor ha manifestado su gusto por las carnes de alcurnia y disfruta, de vez en cuando, el saborear algunas presas conocidas y apreciadas. El señor come de todo, se puede decir.
¡Y la preparación!, debe ser el fruto de un sádico disfrute casi orgásmico que, apuesto, ni el más reconocido chef podría alguna vez experimentar.
¿Debería ser un honor o el terror ser querido como comida para Lecter? Hum... hard one. Si en esa situación alguna vez habríame de encontrar, no tendría otra reacción más de contestar: Gracias Dr. Lecter, qué honor... permítame tiempo de ventaja para correr y salvar mi vida.
Thanks, but no thanks.
Qué snobismo... comer gente. No es suficiente un salmón al ajillo ni un filet mignon, tiene que ser carne humana, sangre humana, la cual haciendo los razonamientos (in)suficientes no hay manera que sepa igual ni al lomito de una res consentida. ¿Misantropía o la más pura filantropía? Por un lado, el Dr. Lecter se siente lo suficiente erudito como para disgregar la gente que merece vivir de los despreciables que pasarán a ser el plato fuerte de alguna reunión del club de amantes de la orquesta sinfónica. En realidad no importa mucho si son desagradables; en algún lugar leí que lo importante es el corte de la carne, no tanto la calidad... de todas formas el doctor ha manifestado su gusto por las carnes de alcurnia y disfruta, de vez en cuando, el saborear algunas presas conocidas y apreciadas. El señor come de todo, se puede decir.
¡Y la preparación!, debe ser el fruto de un sádico disfrute casi orgásmico que, apuesto, ni el más reconocido chef podría alguna vez experimentar.
¿Debería ser un honor o el terror ser querido como comida para Lecter? Hum... hard one. Si en esa situación alguna vez habríame de encontrar, no tendría otra reacción más de contestar: Gracias Dr. Lecter, qué honor... permítame tiempo de ventaja para correr y salvar mi vida.
Thanks, but no thanks.
Comentarios
Saludos!!!!