El lunes comencé las clases de nuevo en la Universidad. Ahora mi horario es nocturno. Pensé que me agradaría más estudiar en la noche; pero ayer regresé agotada de tan sólo dos horas de clase... y de inglés. Dormí más de doces horas y, además, pésimo. Me duele demasiado la espalda y el cuello; me desperté sintiéndome peor. Aún creo que es demasiado pronto decir si odio o me gusta este nuevo horario, creo que primero debo acostumbrarme.
La gente de mi salón es igual de extraña... cosa a la cual también debo acostumbrarme.

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