Duro trabajo
Esta mañana tuve que asistir en nombre de uno de los clientes a una rueda de prensa de un deportista. La chica que estaba antes en mi puesto de trabajo es amiga de mi jefa y de mi otra compañera, por eso ambas asistieron hoy a su graduación; por lo cual fui asignada a esa rueda... Nuestro cliente patrocina a este chico, así que la idea era que yo fuera a ofrecer los desayunos.
Este es el muchacho, deportista, único venezolano que práctica esquí nórdico. Es muy pana, MUY, MUY PANA en serio. Su madre y hermano también son muy agradables.
Se suponía que yo sólo iría a apoyar.. pero no. Cuál fue mi sorpresa a ver el nombre de mi jefa en uno de los asientos al lado de atleta que daría la rueda. Seguramente salí por tv con una sonrisa estúpida rogando por dentro que nadie me preguntara nada. Ni loca comento algo en nombre del cliente sin autorización previa y por escrito.
Bueno, luego de luchar un poco con la logística de los desayunos, compré muchos más combos en cantidad que el número de periodistas que asistieron. ¿Alguien en la vida puede creer que no quedó ni uno para yo desayunar? Me pedían hasta bolsas para llevárselos... sólo me viene a la mente: LAMBUCIOS. Sí, estaba hambrienta, somnolienta y cansada. Estaba molestándome.
Pero qué iba a hacer, sólo debía montarme una sonrisa y hablar con mi voz polite porque este trabajo es así.
Igualmente me quedé hasta el final porque, después de todo, uno tiene que hacer un buen trabajo. Así me aseguraba de que no necesitaran nada más. Mientras tanto, el chamo me mostró sus lentes con audífonos y MP3 incorporado, hechos especialmente para deportistas para que no se preocupen por el tema de los cables.
Yo no soy ni por error deportista; pero quiero un par.
Finalmente, tenía que hacerlos. BELLOS, dos niños bellos.
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