No soy nada sin ustedes, ninguno es nada sin nosotros...

Me acuso de cometer un acto del que pensé imposible, inconcebible. Superé mi temor y al fin dejé salir todo, abrí mi corazón y millones de sentimientos salieron despavoridos de aquella sombría cueva sin salida. Desde hace días sentía un pesado fantasma a mis espaldas que no hacía más que hundirme en una depresión cada vez más lacrimosa.

Una de mis mejores amigas me habló esta noche en la madrugada. Tuve ese sentimiento extraño de que debía prender la laptop. Me habló y con gran dificultad, me preguntó por qué estaba deprimida. Le dije que no lo sabía en realidad. Que había estado sintiendo las mil sensaciones pero que ninguna se asentaba, todas venían como viajeros, hermitaños, que llegaban, dañaban y luego se iban, invictos. Duraban muy poco para identificarlos, pero dejaban como cicatrices sangrientas sus dolientes efectos.

Luego de algunas líneas, me dijo que definitivamente era una pitoniza. Y soltó el desastre. Se iba de la ciudad, nuevamente, dentro de un mez se mudaría. Y a la mierda con la carrera, a la mierda con los amigos, a la mierda con la vida; a su madre no le importaba nada y la arrastraría con ella. Otra vez cambios, inestabilidad, otra vez empezar de cero. Nunca ha podido ser ella misma por toda la arena movediza que la ha rodeado desde el divorcio de sus padres. No es su culpa, en serio, al parecer todo el mundo a su alrededor tiene la constante necesidad de joderle la existencia.

Y exploté. Como nunca lo había hecho. Se me derrumbaron los fracasos de mi vida encima repentinamente: mi hiriente soledad, la costumbre de vivir en mundos de fantasía, la inconformidad de mi vida, la tisteza no infundada, la impotencia ante una vida que se autodestruye, los espejismos que son mis metas, la distorción de mi personalidad. Dejé que todo aquello brotara en palabras, para que por primera vez alguien conocido las leyera. Alguien que pensaba que "una roca" que mantenía, como un pilar, a todos los demás, se desenmascarara ante tal desespero. Aquella persona que parecía ser la más fuerte de todos, con sus metas claras y con los pies bien enterrados en el mundo real se desmoronaba en migajas, en cenizas. Ahora se dejaba ver como aquella persona frágil que llora todos los días porque sufre. Me descubrí, me quité la armadura, ahora me siento vulnerable, y muy aliviada.

Le conté que aquella persona que escuchaba todos los problemas de sus amigos, no es más que una desconcoida de la vida que da consejos sobre lo inexperimentado. La más segura y fuerte, era una niña escondida y temerosa, que nunca quería crecer, que siempre quería permancer oculta bajo las sábanas. Que si era posible dormir para siempre y nunca despertar, me lanzaba hacía esa posibilidad, descansar, y soñar... siempre sumergida en un sueño. Que aquella persona que parecía pelear por sus ideales no tenía ningún rumbo, caminaba un sendero sin destino. Que ninguno de sus llamados logros no ténían ningún significado. que no había nada en esta vida que valiera la pena rescatar. Que podría morir en ese mismo instante y no le importaría nada.

Y lloré, dejé el teclado a un lado y lloré como antes no lo había hecho. Grité fuerte por dentro y me odié. Odié todo. Sentí que no vivía. Estaba profundamente derpimida por todo... por nada. Sentí que ese reflejo no era mío. Que había estado viviendo la vida de una desconocida y a veces prefería mandar todo al demonio y ser en la nada, o no ser en lo absoluto.

Lloré hasta que la sal de mis lágrimas lastimaron mis mejillas. Y que aún me setía vacía; un poco mejor para poder conciliar el sueño esta noche, pero vacía.

No sé qué pasará mañana, cuando nos encontremos; por ahora no me importa el mañana. Le dije que sería un gran NADA sin ella y sin mis amigos. Todo empeorará cuando ella se vaya. Y es tan difícil renunciar a todo lo que he llegado ser hasta ahora; y no encuentro razón suficiente para desistir.

Maldita sea, gracias a quien inventó a los amgios XD. Fianalmente le dije que no sería nada sin ellos. Y es verdad, ellos me han dado la vida que tengo.
¬¬ Al día giueinte, mi amiga me dijo que ya no se iba. Su madre y su padrastro, por ahora, arreglaron sus diferencias... Las cosas por las que me hacen pasar...

Comentarios